Caminar por El Fuerte, Sinaloa, es como dar un paso atrás en el tiempo. Me encanta recorrer sus calles adoquinadas y contemplar la arquitectura colonial que nos transporta a una época pasada. La Plaza de Armas, con su imponente iglesia del siglo XVIII, es uno de mis lugares favoritos para comenzar el día. Disfruto de observar los edificios coloridos y bien conservados mientras siento la brisa suave que recorre el pueblo. La tranquilidad y el encanto de El Fuerte hacen que cada paseo sea una experiencia relajante y enriquecedora.
Además, me fascina sumergirme en la cultura y las tradiciones locales mientras camino por los mercados y plazas. Aquí, puedo encontrar artesanías únicas, como tejidos y cerámicas, que reflejan la rica herencia de la región. Me encanta interactuar con los artesanos y aprender sobre sus técnicas y tradiciones. Las caminatas por El Fuerte también me permiten descubrir rincones escondidos y disfrutar de la hospitalidad de su gente. Sin duda, cada visita es una oportunidad para conectar con la historia y la cultura de este maravilloso lugar.